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En la crisis económica el sistema de trueque mutirrecíproco vivió un crecimiento explosivo y resultó cada vez más importante para millones de argentinos excluidos, desempleados y con necesidades elementales insatisfechas. Creció la cantidad de nodos y de personas involucradas. Este crecimiento inmenso se explica principalmente por la falta de liquidez en la economía regular.
Según estimaciones en el año 2002 operaron cerca de 6.000 clubes en todo el país, cuyos miembros en algunos casos superaron los 4.000. En total más que 2,5 millones de personas participaron en el trueque. Considerando que no sólo los prosumidores sino que también sus familias se beneficiaron del trueque, entre 5 y 8 millones de personas, es decir más que la quinta parte de la población, pudieron satisfacer una parte de sus necesidades a través de los intercambios.
El bono, facilita el intercambio sin utilizar dinero de curso legal. Todos los productos o servicios se pueden trocar y cada prosumidor está obligado a ofrecer algo en el club de trueque. Entre 1999 y 2002 la oferta fue importante y se encontró casi todo, alimentos, cosas usadas o manufacturadas y también servicios como plomería, albañilería o tratamiento médico. Comerciantes que tenían que cerrar sus negocios vendieron sus productos en el trueque y así llegó mercadería nueva a los clubes. Trabajadores que no recibieron sus indemnizaciones en plata sino en productos ofrecían lo que les sobraba.
La filosofía del trueque se basa en la “reinvención del mercado” que funciona de manera paralela a la economía normal no persiguiendo, sin embargo, los valores de ella. No se caracteriza por el lucro y la especulación sino quiere establecer un modelo económico más humano a través de los principios de solidaridad, confianza y reciprocidad. El objetivo consiste en aumentar la calidad de vida de las personas por medio del intercambio de productos, servicios y know-how. Así las capacidades y recursos productivos relegados por la economía normal pueden ser utilizados para satisfacer las necesidades insatisfechas.
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Luego se crearon varios experimentos independientes que resultaron bastante exitosos, como el denominado “Juego de dar y recibir” en Venado Tuerto (provincia Santa Fe) cuyos bonos se llaman “puntos” y circulan localmente. Además esos bonos pierden valor a lo largo del tiempo y encima tienen una fecha de vencimiento. Cada cuatro meses se cambian los vales por otros con una quita del 5% del valor. El objetivo de esa medida es evitar la acumulación de los bonos y así acelerar la circulación.
Comentario: el trueque puede parecer a simple vista como una involución aplicado en sistemas capitalistas, sin embargo, cuando se le analiza más de cerca es una manera de satisfacer las necesidades del ser humano de una forma sencilla sin que medie el dinero y con él, la especulación. Su beneficio radica en la comunidad que se crea alrededor de este sistema y en las redes de cooperación que pueden constituirse.
Referencia:
1. http://www.autosuficiencia.com.ar/shop/detallenot.asp?notid=625